Al final todo se resume de una manera muy sencilla, si estás dispuesto a aceptarlo claro. Todos hemos tenido un maestro, alguien que nos enseñó el camino, el método a seguir, la forma de actuar, y aunque en muchas ocasiones nos pareciese inútil e innecesario seguir sus normas, el plan establecido por el maestro tenía un fin. Tan simple como que consiguiésemos el éxito.
Quizás en este caso es difícil superar al maestro por al tratarse de Jack Nicklaus, pero puedo imaginar su felicidad al ver que su nieto Gary Nicklaus Jr, seguro que siguiendo sus consejos consiguió el hoyo soñado por todos y si además lo logra ante la mirada de dos leyendas como Gary Player y Tom Watson el disfrute es inimaginable.
Quizás por eso ahora y tras dieciocho años he retomado este hábito maldito del golf, porque el campo sigue enseñándome que él siempre gana y yo solo seré un mero invitado.
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